¿Quién soy?

 

 

La verdad que me cuesta describir quién soy, porque vengo hace un tiempo intentando sacarme de encima ciertos roles, títulos, cursos y etiquetas con los cuáles un@ tiende a identificarse y moldearse, creyendo ilusoriamente que eso somos…

Me considero una persona igual que tú, con las mismas posibilidades y capacidades infinitas que tod@s recibimos del Universo para ser creadores. Quizás con una perspectiva distinta que me permite hoy, aportar desde otra vereda, guiando y ayudando a otros en sus propios caminos.

En lo concreto, puedo compartirles que mis queridos padres me llamaron Ivania Javiera Vrsalovic Ábrigo. Llegué a este mundo el 30 de noviembre de 1987 en Santiago de Chile. Estudié Pedagogía en Educación Física y trabajé durante 10 años en ese rubro. Fueron años de mucho crecimiento personal y profesional.  Si hay algo que me apasiona hasta hoy en día es la Educación. Tuve la oportunidad de educar a estudiantes de diferentes edades, desde niños y niñas de pre escolar hasta jóvenes de educación media. Y debo admitir que compartir con ell@s fue realmente maravilloso. Por lejos, lo más lindo de esa etapa. 

Al pasar los años, comencé a sentir un desgaste muy grande por mis ganas inmensas de innovar y transformar la educación en el espacio donde trabajaba. Habían muchas cosas que no me hacían sentido, y observaba grandes necesidades en los estudiantes (expresadas abiertamente por ell@s mism@s). Pero los límites, parámetros y visiones eran muy reglamentados y tradicionales, y se daba muy poco espacio/tiempo para reflexionar y construir otra realidad.

Cada día que pasaba me era mas difícil comunicar y hacer algunas cosas que me pedían o debía cumplir (¿La razón?: varias ya no me hacían sentido). La carga del “rol que debía cumplir” se me hacía cada vez mas pesada. Me sentía incoherente en cuanto a mi pensar, sentir y actuar. Lloré muchas veces por esas incoherencias e incomprensiones, y por esas falencias en hacer cambios verdaderos y significativos… hasta que logré discernir y entender que no era un problema del lugar donde estaba, sino que era algo mucho mayor, que involucraba al sistema y sociedad actual.

(… y por supuesto, también a MÍ).

____

La Educación actual formal, está relacionada con la memoria, el intelecto, el análisis y el pensamiento. Limitada a los libros, sillas y mesas, olvidando al SER humano. Está mayormente orientada a conseguir un título, un trabajo, a realizar una carrera universitaria, conseguir estatus en la vida y obtener un sustento material. Estas formas en la educación formal, muchas veces están alejadas y no condicen con la manera de aprendizaje y los estímulos que hoy en día necesitan l@s niñ@s y jóvenes. Hemos cambiado y requerimos de otras habilidades para construir una sociedad distinta.

Pienso y comparto la idea que “debemos movernos de la educación orientada al trabajo, a la educación orientada al sí mismo, al SER“. En Oriente se denomina a esta educación: La Educación Real, Intuitiva. Qué es el proceso de aprendizaje relacionado con la vida, el comportamiento, la actitud y el pensamiento.

¿Maravilloso, no?

Ese tipo de educación es la que me inspira y busco transmitir.

____

(…siguiendo con la historia…)

Cada año que pasaba mi convicción se hacía más fuerte y sabía que en algún momento “debía moverme“. Me sentía limitada en acción. Mi ser tenía claro que podía y quería entregar más. A veces lo lograba en mis tutorías, pero siempre quedaba con ganas de más. Intentaba por todos lados educar desde la integridad, comprendiendo que no solo somos cuerpo físico; pero aún así, no era suficiente para el llamado de mi alma. Requería salir, o más bien, expandir mi zona segura y dar un salto al vacío. Si educar solo desde el área física y/o tradicional ya no me estaba removiendo ni haciendo sentido ¿Qué sacaba estando más años en el mismo lugar cumpliendo una planificación con “contenidos mínimos obligatorios” y haciendo exactamente lo mismo?

Esa pregunta fue clave para que el 2020 se convirtiera en el año de MIS cambios y movimientos. Ya no podía seguir quejándome ni culpando a otros. Tampoco quería seguir desgastándome física, mental y emocionalmente. Ni mirando siempre hacia afuera. Era momento de hacerse cargo e ir hacia dentro. Me tocaba actuar y decidir en coherencia con mi ser.

Por sincronías de la vida, estos movimientos y cambios se hicieron más fuerte justo durante la pandemia (2020). Año clave que me regaló la oportunidad de escucharme, mirarme y reconocerme con mayor profundidad. Pude ahondar muchísimo más en mi camino espiritual, en mi bienestar, en mi consciencia, en mis heridas y creencias. Por lo que decidí (después de un proceso interno largo) renunciar a fin de año a mi trabajo y seguir el llamado de mi alma. Quise concentrar y dirigir todas mis energías en lo que se había despertado hace un tiempo en mí.

____

Fue el 2010 cuando tuve una de mis primeras crisis personales que hasta el día de hoy agradezco muchísimo, porque fue la sombra que me hizo buscar la luz en el yoga y la espiritualidad. Podría decir que fue en ese momento que conocí las dos caras del amor. Fue el amor profundo e incondicional de mi mamá que hizo que llegara por primera vez al yoga como terapia de sanación por un desamor que viví.

Desde ese año comencé a practicar yoga . Fue tanto lo que me benefició, que decidí años después (2016 la primera vez en Chile y 2019 en India) estudiar y prepararme para ser profesora y así continuar con la cadena de amor, enseñando a otros esta hermosa práctica y filosofía de vida.

Ese mismo año (2010) también conocí las terapias complementarias o medicina holística. Mi papá fue quien me habló por primera vez del Biomagnetismo y me incentivó a estudiarlo, y mi mamá quién me llevó a una primera sesión de Reiki para complementar mi proceso de sanación (como ven, nuevamente fueron mis padres quiénes quizás sin saberlo, me abrieron un nuevo mundo que me llena hasta hoy de amor, plenitud y abundancia. Es imposible no sentir gratitud hacia ellos. Los honro y agradezco infinitamente; así que aprovecho de decirles por este medio: ¡Gracias mamá y papá!

____

Tanto el reiki como el biomagnetismo resonaron mucho en mí. No solo en cuanto a sus contenidos y beneficios físicos, sino que también por los beneficios que entregan a nivel mental, emocional y espiritual. Ambas terapias me ayudaron a cambiar y a tomar consciencia de mis emociones, de mis patrones mentales, de mis hábitos, comportamientos y tantas otras cosas más.

Por lo mismo, quise indagar, experimentar y estudiar sobre esas terapias y algunas otras. Y terminé formándome cómo Terapeuta Holística y Coach Transformacional. Fue en ese momento que comencé a sembrar un camino de auto conocimiento y expansión… de la mano de muchas terapias, medicinas, filosofías, lecturas, cursos, talleres, estudios y prácticas…

Ese camino, lo mantuve durante 10 años en paralelo a mi rubro en la educación. Trabajaba en el colegio gran parte del día y luego en mis tiempos libres estudiaba, hacía mis prácticas, realizaba clases de yoga y terapias. Hasta que llegó el movimiento importante del 2020 (mi gran metamorfosis) que terminó de madurar mi proceso, y elegí abrirme a canalizar y guiar a otros en sus propios procesos de sanación y transformación a través de mis clases de yoga, sesiones, actividades, cursos y talleres relacionados con salud, bienestar y espiritualidad. Decidí seguir educando a niñ@s, jóvenes y adultos desde otra vereda, que personalmente me llena el Alma y me impulsa a seguir viviendo haciéndome cargo de quién soy y experimentando el sentido que hoy tiene para mí la vida.

____

Quiero que sepas que todo lo que está en este espacio, es el reflejo de mi profundo camino de transformación personal. Deseo que sea de ayuda y medicina para ti.

Está hecho con mucho amor

¡Bienvenid@!

volver